domingo, 21 de febrero de 2010

Crónica a medio camino ... por J.A. Ocaña.

He de comenzar diciendo que todo lo visitado, vivido y sentido no se puede explicar con palabras, es algo que se tiene que vivir.

Antes de la salida de Estepona, ya se respiraba el frío de los paises imperiales y el buen ambiente del grupo, hasta que por fin llego la hora tan esperada en la cual comenzaba nuestro viaje de estudios. Era una situación extraña, paises diferentes, nuevos idiomas y distintas monedas.

Una vez el autobus salió se dispararon los nervios y las ansias por viajar y conocer. El trayecto en autobus se hizo ameno, al igual que el trasbordo y los vuelos, sobre todo el último tramo del vuelo Barcelona a Budapest. En este tramo, desde las grandes vistas del avión se veía blanco todo el pais, estaba todo completamente nevado. Ya aterrizado el avión y recogidas las maletas subimos al autobus que nos llevo al centro de la ciudad de Budapest. Dicha ciudad es una gran ciudad, llena de grandes construcciones arquitectónicas, con grandes catedrales, grandes puentes y grandes palacios. La primera vez que tocamos con nuestros pies el centro de la ciudad, todo el grupo salió corriendo hacia la nieve para lanzarnolas mutuamente, un pequeño descanso que sirvio para soltar adrenalina, luego volvimos al autobus y después al hotel. Una vez en este, soltamos las maletas y nos relajamos en nuestras camas, aunque muchos de nosotros decidimos salir a conocer la barriada en la que estabamos ubicados. Personalmente, paseando por esa avenida encontre una pasteleríia con pasteles típicos de la ciudad y he de decir que son increibles. Luego de vuelta al hotel, nos duchamos y cenamos una cena pasable y tras esta a pasear por la noche por las calles de la ciudad parando en los puentes de la ciudad. Desde estos las vistas son fantásticas con el río Danubio a nuestros pies.

En nuestro segundo día recorrimos la ciudad hasta llegar hasta el bastión de los pescadores. Esta zona, para mi, tiene las mejores vistas de la ciudad puesto que esta ubicada en la zona alta de la misma dejando caer ante nosotros la ciudad, repleta de castillos y monumentos. En la misma zona en la que nos encontrabamos, después de visitar el bastión de los pescadores, fuimos a tomar algo a diferentes cafeterías, en esta degustamos otro tipo de tarta típica de Hungría, luego seguimos nuestra visita cultural y tras esta directos al almuerzo. Una vez acabados de almorzar nos dirigimos hacia las famosas termas de Budapest y tras esto, al hotel para ducharnos, cenar y luego salir. Cogimos el tranvía para dirigirnos a un pub al cual no nos dejaron entrar finalmente por nuestra minoría de edad, asi que acabamos en un bar bastante acogedor, con un buen asiento y una buena música, hasta que finalmente regresamos al hotel a descansar.

En el tercer día cogimos el autobus tempranos para dirigirnos hacia Viena, como en todos los trayectos, fue ameno para la inmensa mayoría de mis compañeros gracias a su facilidad a la hora de concebir el sueño. Una vez llegamos a Viena nos quedamos asombrados ante la grandiosidad de esta provocada por los altos edificios y su enorme belleza. Conforme nos ibamos acercando al centro de la ciudad, mas hermosa se hacia esta. Estacionamos varias veces por la ciudad antes de llegar al hotel para realizar diversas compras, hasta que finalmente llegamos al hotel, el cual estaba bastante bien, constaba de billares, futbolines y ordenadores, y además de sofares para descansar y charlar en grupo. Luego cenamos y nos dividimos en dos partes, las personas que iban a encontrarse en el centro de la ciudad y las personas que fueron a un concierto de las mejores obras de compositores vieneses tales como Mozart. Claro está que estuve presente en ese gran concierto, que para mi, por ahora ha sido lo mejor del viaje. Estuvieron espectaculares tanto los músicos, los vocalistas y los bailadores, reuniendo sonoridad y armonía, mezclando sentimientos con la belleza del movimiento. Una vez acabado este gran concierto, nos reunimos de nuevo todos en el centro, paseamos por este durante un par de horas y luego de vuelta al hotel.

En el cuarto día nos levantamos temprano y nos dirigimos hacia el palacio real. Este era increiblemente grande y espectacular. En su interior vimos las habitaciones en las que se encontraban los reyes en la antigüedad, con un gran alojamiento y unos cuadros fantásticos. Tras esta visita, fuimos al estadio en el que España gano la eurocopa, un estadio no muy grande pero al que le tenemos un gran recuerdo de él por la gran hazaña de nuestro pais en el europeo. Una vez visitado el estadio nos dirigimos hacia el centro de la ciudad para almorzar y realizar una serie de compras, luego nos volvimos a reunir y fuimos a la pista de patinaje. Cuando llegamos a la pista de patinaje hubo una serie de problemas que se solucionaron rapidamente y nos pusimos a patinar. Fue muy divertido estar todos alli juntos haciendo fotos y videos de la gente como se caía, y todo eso sin contar cuando nos reunimos todos en el centro de la pista a cantar por los colores de nuestro pais con la canción de la macarena. Luego regresamos al hotel para cenar y descansar, fue un día agotador.

En nuestro quinto día preparamos las maletas y desayunamos. Ahora mismo, en este mismo instante, nos encontramos de camino hacia Praga. El camino hacia esta es precioso, mires donde mires solo ves inmensos campos blancos por la nieve. Desgraciadamente, ya nos quedan pocos días de viaje, pero si todo sigue como nos ha ido hasta ahora, será un gran viaje para recordar.


Escrito por J.A. Ocaña

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