Ayer Domingo tuve que acudir a uno de nuestros lugares de paso el próximo Miércoles, el aeropuerto de Málaga, que, por cierto, lo pillaremos totalmente "patas arriba" y en la recta final de la inaguración de la nueva terminal que será el pròximo mes de Marzo.
Acudía a recoger a una persona que venía de viaje y en su espera en la zona de llegadas pude presenciar la llegada de unos jóvenes estudiantes que venían de viaje de estudios a la costa del Sol.
Fue admirable contemplar la educación y cortesía que reflejaban tanto su silenciosa entrada, como su ordenado desfile y el respeto con el que trataban a sus tutores.
No pude por menos que acordarme de anteriores experiencias de viajes con alumnos "made in spanish" y la verguenza ajena que sentí en numerosas ocasiones ante lo ruidosas y escandalosas que eran nuestras presencias en medios de transporte públicos (metro, tranvía, trenes...), en museos o incluso monumentos arquitectónicos incluidas catedrales.
En Francia incluso nos señalaban con el dedo al vernos llegar. Sin abrir la boca ya nos tildaban de españoles.
Lo cierto es que nuestro carácter es quizás mucho más abierto y afable que el de la mayor parte de los europeos pero quizás pecamos excesivamente del "sentirnos como en casa" y cuando salimos por ahí no nos acordamos de unas mínimas normas de cortesía y respeto.
Espero que en este viaje esas actitudes tan estereotipadas no se presenten con mucha frecuencia.
Demos todos ejemplo.
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